España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . como»prenda que debió formar parte de la vestidura real ó de apa-»rato (i) y era equivalente, aunque con alguna variedad en el»corte, á la que usaban en aquel siglo las princesas de Francia»y las de Navarra, y al gtiarda-corps de las reinas de Aragón.»Dos aberturas del regio manto dan salida á las pomposas man-»gas del vestido talar, quedando abiertas por debajo, aunque á»trechos prendidas con tres lazos, cuyos cabos ó puntas forman»una pina de menudo aljófar; de cada una de estas aberturas ó»cuchilladas, cuelga en graciosos y undulant
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España, sus monumentos y artes, su naturaleza e historia . como»prenda que debió formar parte de la vestidura real ó de apa-»rato (i) y era equivalente, aunque con alguna variedad en el»corte, á la que usaban en aquel siglo las princesas de Francia»y las de Navarra, y al gtiarda-corps de las reinas de Aragón.»Dos aberturas del regio manto dan salida á las pomposas man-»gas del vestido talar, quedando abiertas por debajo, aunque á»trechos prendidas con tres lazos, cuyos cabos ó puntas forman»una pina de menudo aljófar; de cada una de estas aberturas ó»cuchilladas, cuelga en graciosos y undulantes pliegues la cami- (i) «Véase á Ducange en la última acepción de esta palabra coia suf>erlünica, cotardiam^ etc., y Viliani, en el lib. IH, cap. XIX, la llama co/ar^/íVa, y debe serequivalente al guarda-corps que, según la Ordenación de don Pedro IV, hechapara las reinas de Aragón, debía vestir la esposa de Fernando I cuando se coronóen Zaragoza.—Blancas. Coronaciones y Juras, pág, 183»—(Nota del Sr. Rada). o O ce. yHácese sobre toda ponderación notable el magnífico manto dela reina, ya por la elegante disposición de los pliegues, ya porlos primorosos adornos y trepados y por otras sutilezas; «ade-»más de las anchas fimbrias llenas de perlas y pedrería, aparece»todo él cuajado de exquisitos recamos, formando cuadrilóbeos»unidos entre sí y contornados de aljófar con ricos joyeles en»los centros, así como en el espacio que dejan los cuadrilóbeos»ó rosetones. Sostiene la noble princesa con sus dos manos, »cubiertas con guantes y adornadas con sortijas, un devociona-»rio abierto y puesto sobre una tela de brocado... Obsérvense»por último, los chapines, menos altos que los de su esposo» (i), y cubiertos de bordados, y el riquísimo rosario sin cruz que caeá lo lar